El otro día conocí, o más bien descubrí de una gran mujer que tenía un tipo de Sinestesia, algo había visto y leído sobre este fenómeno. Que cuanto menos es curioso, es básicamente una asociación o activación de que un sentido active a otro.
Tienen una página bastante buena en español; Sinestesia donde incluso se pueden hacer test, aunque el que sea sinestésico supongo que algo intuirá cuanto menos.
Y aunque no viene a ser lo mismo, me hizo pensar, la manera en que cada uno interpretamos las cosas, no ya por causa innata en nosotros mismos como puede ser el caso de los sinestésicos, (yo no lo soy creo) si no también por aprendizaje o estimulación de nuestra vena artística.
Y para ello, me utilizo a mi mismo como conejillo de indias. Llevo varios días apuntando, y observando en mi interior, cuando leo una poesía, cuando veo una foto, cuando miro la tele, o cuando cierro los ojos y pienso en alguien.
Y de todo ello, he sacado conclusiones curiosas, y vislumbro mi manera de ver las cosas…..
Muchas veces, no puedo evitarlo, cuando subtitulo mi Blog con “Aprendiendo a pintar con palabras” es porque es completamente cierto, compré hace poco el “Inventario” de Benedetti, la recopilación hasta el 85, dejamos para el futuro el “Cuarto Inventario” que ese no lo he saboreado aún…. Bueno que me voy por las ramas; leyendo alguno de sus poemas, me he dado cuenta como se asocia de manera inconsciente las palabras a los hechos. En este ejercicio reflexivo, he cogido una poesía y he copiado en escritura automática lo que veía/sentía. El poema es el siguiente;
Podés querer el alba
cuando quieras
he conservado intacto
tu paisaje
podés quere el alba
cuando ames
venir a reclamarte
como erasaunque ya no seas vos
aunque mi amor te espere
quemándose en tu azar
y tu sueño sea eso
y mucho másesta noche otra noche
aquí estarás
y cuando gima el tiempo
giratorio en esta paz ahora
dirás
quiero esta pazahora podés
venir a reclamarte
penetrar en tu noche
de alegre angustia
reconocer tu tibio
corazón sin excusas
los cuadros
las paredes
saberte aquíhe conservado intacto
tu paisaje
pero no sé hasta dónde
está intacto sin vos
podés querer el alba
cuando quieras
venir a reclamarte
como eras
aunque el pasado sea
despiadado
y hostilaunque contigo traigas
dolor y otros milagros
aunque seas otro rostro
de tu cielo hacia mí.
Y la historia que yo me imaginaba a la par sobre el poema:
En lo alto de una verde pradera, sentado y de espaldas, mirando al mar azul en su completa inmensidad, con el sol naciendo fuerte y vigoroso, tras la huida de la noche, dorado metal el que le da ese vivaz color, detrás de mi veo el tronco de un árbol, alto fuerte, y frondoso en su copa, es de un verde muy oscuro, contrastando así con el suelo, incluso con el ocre de su suelo, en las pequeñas calvas de imperfección que este perfecto paisaje denotan.
Y respiro, es un olor, fresco e impactante, lleno de recuerdos, de momentos vividos y por vivir, todos junto a ti, porque si aquí me encuentro sentado, es por esperarte, es por vivirte, por volver a amarte.
Aunque aún no se si te voy a volver a ver, aún no se que opinas tú de esto, de que viva en mi sueño, cuando cierro los ojos, y te veo, cuando vuelve la noche, sigo ahí, sin nada más que hacer que esperar a que pasen las horas, a que sea verdad, que cuando ya no miro tras mis párpados, si no a través de mi alma, estés tu aquí, que cuando el frío que ahora respiro, que me acaricia el corazón mientras el viento mueve la fresca hierba, ahora bañada con el blanco y puro rocío.
Me lleva a tu vera, y me libere de esta gris prisión en libertad en la que me hallo, y podamos por fin, hacernos partícipes mutuos y reflexivos del amor que te profeso, de la roja pasión que te debo, sabiendo que seguiré siendo este negro condenado en vida, mientras no me atreva a tocar nada, mientras permanezca todo tal cual, esperando simplemente a tú regreso, a que ahora que vuelvas a sentirme en la armoniosa paz de este mar en calma, que al segundo alba, se postra ante mí, ni si quiera el romper blanco de las olas contra la sólida roca, hace mella en mi corazón, que seguirá aquí esperándote, sin miedo al cómo volverás, simplemente deseoso del cuándo volverás.
Y así, por primera vez en dos días, soy yo el que suspira, todos los momentos, los recuerdos, la fuerza, el frío y elfrescor, del mar en calma y la colina, del frondoso árbol, de hoja caduca, y perenne en su mirar, del tono ocre del suelo, y del oscuro de la roca que se desgasta, dejando paso, lentamente a la espuma blanca del mar que le acaricia, del ocaso al alba, para toda la vida.
Como yo te he soñado durante estos dos días, que no he podido dejar de pensar en ti.
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Es cierto que si lo hubiera escrito para “publicarlo” cambiaría algunas descripciones, algunas cosas, pero de lo que trataba era de “explicar”, porque me gusta la poesía, y es porque al leer, me evoca todo tipo de situaciones, inventadas o no, y es cuestión de segundos. Es como una película que se presenta ante mí con todo lujo de detalles.
Por eso el otro día, le comenté a esta mujer, que no puedo sentarme y decir ¡voy a escribir algo!, porque no puedo, es forzar la situación, necesito vivirlo, sentirlo, que aflore dentro de mi, salga del capullo y luego lo transcribo, intentando pintar este cuadro que yo veo, pero con palabras.
Regresé aquí para decirte che tu relato «El reloj que no marcaba las horas….» me había dejado con un ansia tal que no pude quedarme tranquilo, y tuve que escribir para quitarme la angustia, y me encuentro con esta reflexión que cuenta lo que me sucedió hoy con tu relato, solo que yo escribí una poesía … misterios de internet.
Si puedes pasa a leerlo, la llamé «Insomnio»