Durante mucho tiempo, pensaba que los recuerdos se agolpaban en mi mente al cerrar mis ojos, y ahora descubro que mis recuerdos sobre ti hacen latir mi corazón, con tanta fuerza en ciertas ocasiones, que manan lágrimas de mis ojos cuando tú estás en ellos.
Los suspiros escapan entre mis labios susurrando tu nombre, mis manos tiemblan solas y mis dedos tamborilean buscando los tuyos otra vez, el recuerdo de nuestras palmas entrelazadas, el recuerdo vivo de tu piel sobre la mía, acariciándome despacio, muy despacio, tu respiración por cercana abría los poros de mi piel, y tu esencia escogió mi cuerpo para hibernar…
Yo te hacía promesas de amor, y tu soñabas que me querías, me permitiste ser parte de tu sueño, y yo me desperté del mío junto a ti, ¿Qué quieres que le haga?, me encantan los imposibles….
Debería hacer lo correcto, enfriar mis sentimientos, racionalizar mi corazón, pero se que no dudaría en cambiar la nostalgia de tu presencia, por la etérea promesa de un nuevo día junto a ti, aún cuando la felicidad ofrecida no fuese más que pura apariencia.
Y así desde el día en que te dije adiós, no hago más que pensar en ti, soñar despierto y vivir con miedo a perderte en mi mundo, a que yo no sea más que la leve brisa que algunos días acaricie los bucles de tu cabello, para recordarte que existí y que fui real también para ti.
Como un niño con zapatos nuevos 
Si pudiésemos racionalizar el corazón, entonces no se llamaría amor, tendría otro nombre y quizás todo sería más aburrido. En tanto hay que seguir soñando, quién sabe si un día, va y cambia el color de la melena y los ojos se vuelven color esperanza y zas, al despertar se vive una historia nueva, una locura nueva, que impulsará siempre con el latido irracional del corazón.
Un abrazo, Mirlowe.
Leo
Creo que hay que dejarse llevar por el lado irracional y emocional de las cosas, al fin y al cabo los sentimientos son lo que mueve el mundo (no siempre buenos sentimientos, pero realmente el lado visceral de las cosas).
Un abrazo!