Como no estoy excesivamente católico aún debido a los excesos de mi nochevieja (que aún terminó ayer tras la hora de comer), la cual exprimí más horas de las que tenía porque para escribir hay que vivir y ser un soñabobos eso siempre lo tuve claro, creo lo primordial es saber exagerar, emperifollar, imaginar, inventar, y para eso también hace falta tener experiencias nuevas y raras, ni los que me conocen ni yo mismo se que aire me sopló para tener un affaire con la vida de dos días y medio, pero en fin, que no es esto lo que vengo a contar…..
No pretendo ganarme la vida ni escribiendo relatos ni novelas, ni por supuesto narrativa en un futuro, aunque algún día me gustaría tener el talento suficiente para escribir una novela, lo cual a día de hoy no es más que una quimera (bonita, pero quimera), no pretendo ser ni creerme un genio capaz de desbancar a los esproncedas, lorquíes, hernández o tener un éxito que me saque de la pobreza tal que una Rowling o un Brown de tres al cuarto, si no alimentar mi “alma” para que se encuentre en paz, que siempre que paso unos días sin escribir nada me protesta, empieza a tener vida propia.
Pero la verdad es que igual que en mi otro artículo explicaba porque me gusta la poesía, la prosa es algo parecido, es la capacidad de soñar imposibles, de poder describir lo que veo, lo que siento, situaciones imaginarias que recuerdo como si hubieran exisistido ayer mismo, convertirme en un soñador quijotesco.
Y lo mejor de todo es la sensación de aprender que obtengo que es una de las cosas que más aprecio en esta vida, poder aprender algo nuevo, así al escribir, siento que me gusta o me disgusta lo que he hecho o lo que he escrito, pero procuro mejorarlo, aprender de mis errores, intentar ver que vuelta de tuerca le quedaría mejor, y para ello tampoco dejo de leer continuamente por supuesto, ya sea rima o prosa, o el prospecto del ibuprofeno a mi tanto me da con tal de leer.
Claro que lo más importante como me dijo Leo, es el sentimiento, es que mi alma siga protestando por querer escribir cuando lleva un par de días sin hacerlo, es que tenga algo que contar, y de momento lo tiene….
Siempre sentí que me gustaba el arte, pero no encontré pasión en la arquitectura, ni en la pintura, ni en la música, me gustan está claro, y viviría entre ellas si pudiera, pero ninguna me aporta lo que una buena novela puede conseguir, esos recuerdos y esa consciencia capaz de transportarme, de hacer que mi cabeza posea vida propia de imaginar con pelos y señales cada palabra del texto, de ver imágenes en vez de letras.
Pero es que sólo de un tiempo a esta parte he sido consciente de que la novela es Arte Mayor, se ha de notar en muchos aspectos la falta de experiencia en la vida, y mis tiernos veintisiete.
Pero igual que Jimena me dice que la vida es cíclica como al final lo es todo en esta vida, yo desde que leí a Heráclito y al resto de presocráticos y me involucré levemente en el mundo de la filosofía y sus extraños dictámenes, siempre fui más fiel a aquél primero que incluso a los Kants y Nietzsches, porque en cuatro pautas básicas para mi me enseñó como el mundo va en continuo movimiento, nunca es nada igual, todo cambia, y al final volvemos al lugar del que partimos para comenzar de nuevo.
A veces nos equivocamos repitiendo ciclos, haciendo mal las cosas otra vez, otras veces al dudar repetimos y acertamos, eso nunca lo sabremos, pero creo que lo importante es guiarse por lo que nuestras vísceras nos digan, si seguimos su guía nos podremos equivocar pero es la única manera de aprender de verdad, si nos guiamos por los vacuos consejos de otros, no aprenderemos de nuestros errores o aciertos.
Para mi nuestros ciclos, no se identifican hasta que no han pasado ya, y puedes verlos desde la perspectiva y la objetividad que sólo el tiempo y la distancia dan. A veces con más otras veces con menos tiempo, pero todo es relativo, ya que ese tiempo está en nuestra cabeza.
Tras veinte minutos de deliberación me doy cuenta que este artículo que comencé a escribir como un capítulo más de la novela de esta bitácora y que iba a seguir al ¿Por qué me gusta la poesía?, pero llegando a la prosa, ha sido vilmente transformado en otro punto de reflexión para seguir conociéndome a mi mismo, y por supuesto seguir abriéndome a los demás, desnudando mi alma y dejando que este personaje que empezó hace más de mes y medio siga describiéndose y descubriéndose un poco más cada vez.
P.D. Publicar lo publico porque es parte de mi “ejercicio” pero se nota que aún estoy en proceso de recuperación física y espiritual.
Hola, mirlowe.
Un affaire con la vida de dos días y medio…qué bonito. No ya el disponer de tiempo para ello (la libertad de disponer de tiempo para hacer lo que a uno le venga en gana debería ser el lujo más codiciado)sino el saber apreciar que te ha sabido engatusar y que te has perdido entre sus redes.
La sensación de aprender es algo que también me llena. Descubrir cosas nuevas por el mero (e importantísimo) hecho de alimentar el alma. Necesita de ellas para «tirar» de nosotros. Si tu alma está vacía, de qué te sirves para soñar?.
Una última idea que comparto. El proceso de aprendizaje vital no es una misión que debe ser vista a través de los ojos de otra persona. Se aceptan consejos (no en vano la experiencia es un grado) pero, como cada ser humano es único y distintivo, lo que a unos les vale a otros puede que no. Es por esto que todo (o casi todo) debe ser experimentado en carnes propias. Y que nos sirva para cargar nuestra «maleta» de sabiduría y conocimiento para intentar no volver a repetir los mismos errores. Aunque ya sabemos que, por defecto, el hombre es el único animal que tropieza dos veces (y tres, y cuatro) con la misma piedra. También es el único que puede razonar, comunicarse y ponerse en el lugar de otro para entender cómo se siente…y eso es maravilloso.
Saludos.
Hola amigo,
si me preguntas que es la prosa te respondo es la poesia vestida de detalles, al igual que si me preguntas que es la poesia, te dire el contrario, es la prosa completamente desnuda de detalles, por eso si nos gusta una nos gusta también la otra, al menos yo no puedo hacer de menos de ninguna de las dos. Somos soñadores de naturaleza, y no porque queremos cosas imposibles, sino porque los sueños nos ayudan a realizar los pasos más grandes de nuestras vidas.
Como siempre tu reflexiones son a decir poco, sinceras y con corazón.
Mención a parte para esta frase de jimena que me ha llamado la atención particularmente:
«la libertad de disponer de tiempo para hacer lo que a uno le venga en gana debería ser el lujo más codiciado»
Creo que es una verdad enorme, y sería el sueño que todos los seres humanos quisieran realizar.
Muchas gracias a ambos, como ya sabéis aprecio enormemente los comentarios y aún más los vuestros donde aprecio muchísima reflexión, me encanta saber que lo que escribo hace pensar o reflexionar a alguien, además de en ocasiones gustar mi manera de retratar las cosas.
Es cierto que alimentar el alma es muy importante, yo a la gente la valoro mucho por esa capacidad de sentir interés por la vida, por llenarse y por aprender, creo que es el aspecto que más me atrae o deja de atraer de una persona.
Es cierto que lo del tiempo para hacer lo que le venga a uno en gana, lo tengo que disfrutar ahora que lo tengo que no me va a durar mucho, aunque no es propio de mi «dejarme engatusar» por el placer de la vida y de vivirla tanto tiempo seguido jaja, no obstante es parte de mi crecimiento personal y como tal lo atesoro :).