Ardor a Dúo


¿Cuánto hace que la conocí?, ¿días, meses?, desde el primer momento, mi corazón latió con más fuerza, desbocado, desordenado, disparatado, tenía ese algo especial para mí, esa belleza natural y salvaje, en ocasiones primitiva…. pero a la vez dulce y cariñosa.

Si Dios existe, estaremos condenados para toda la eternidad, por lo que hicimos ayer noche, no se describir lo que pasó entre las sábanas, tal vez fueran las copas que nos tomamos, o el paseo bajo la tenue y pálida luz selenita a la orilla de un mar que mojaba nuestros pies, haciendo de ese modo, aún más evidente el calor de nuestros cuerpos en contraste con su gélido elemento.

No había un reloj capaz de marcar las horas junto a ti. Fue una experiencia atemporal, nunca unos dedos ajenos, recorriendo mi mano, mi brazo o mi mejilla me hicieron sentir esa tentación, era capaz de notar el rubor que ascendía por mi cuerpo al son del movimiento de tus yemas. Parecíamos dos colegiales exaltados por una travesura a punto de realizar, acelerando el paso hacia tu hogar, conscientes de lo que hacíamos, pero precipitándonos hacia el pecado.

Cuando pestañeé, me encontraba ya en tú apartamento, vacío de todo menos de ti, eramos dos animales, seducidos por el deseo. Recuerdo esa mirada azabache clavándose en cada palmo de mi piel, recuerdo como la brisa, besaba tu cabello alborotado, y allí en la semioscuridad podía admirar por fin tu esbelta figura.

Mi mano tembló cuando rozaba la suave piel de tu espalda, aún siento como el escalofrío recorría tú cuerpo, y como con ello te volvías consciente de tú pasión y tú deseo por aplacar esa libidinosa sed que te llenaba, comenzaste a desnudarme, me sentía nervioso como el adolescente que se enfrenta a su primera vez.

Cierro los ojos para ver otra vez como tu pelo revuelto y sus bucles descienden como una enredadera la suavidad de tu piel, intentando ocultar tras de sí ese brillo en tus ojos capaz de atravesarme el corazón.
Tú lengua humedece tus labios con pasión desmedida….son carnosos….. son dulces….puedo saborearlos mientras siento el calor del deseo de tus ahora acaloradas mejillas.

No puedo, y no quiero evitarlo, nuestros labios se unen, siento el calor que desprende tu respiración, la humedad ardiente de tu lengua, incitando a la mía a seguir su ritmo.

Nuestros cuerpos se rozan desnudos, cayendo en la cama y rindiéndonos por completo a la pasión, no existe ni la noche ni el frío invierno. No existe nada que no sea tú y yo, solo existe el nosotros.

Mis manos comienzan a navegar en el mar en el que estoy naufragando, en esos muslos, de tersa piel, que se abren, dejando que las yemas de mis dedos, comiencen a acariciar tú intimidad, no hace falta más que un suave movimiento y así notar como estabas empapada, y nosotros no podíamos parar, tus manos se pasean por mi espalda y mi pecho, y mi cuerpo no puede más que gozar con ese roce, mientras mi lengua juguetea con tu cuerpo y mi mano mantiene esos movimientos dulces y constantes sobre ti.

Comienza a surgir de tu garganta un gemido tras otro, que acrecentan aún más mi deseo, mientras con mi otra mano, acaricio el cuello, por donde surgen esos pequeños gemidos, los siento vibrar en la palma de mi mano mientras el ambiente se sigue caldeando y nuestra respiración comienza a volverse anárquica…..

No tardas en tomar el mando, en sujetarme las manos, inmovilizarme, mientras te acomodas encima de mí, como una sábana de seda recorriendo todo mi cuerpo, cálido y reconfortante, te balanceas suavemente hacia delante y hacia atrás, la presión de tu mano sobre mi pecho, es cada vez más notable y tus movimientos más rápidos, hasta siento la gota de sudor que recorre lentamente mi hombro y se cae suavemente hacia las sábanas…..definitivamente estoy perdiendo la razón…..

No puedo pensar en nada más, el placer comienza a llenar todo mi cuerpo a medida que te mueves encima de mí.
Pero necesito saborearte más, tumbada en la cama tus muslos vuelven a abrirse, siento como me llaman, y es irrefrenable, que sea mi lengua también la que saboree ahora, tus labios inferiores, húmedos, palpitantes en mi boca. Intentas ahogar un pequeño grito, mezcla de sorpresa y placer pero no eres capaz de acallarlo, y se hace oír por encima de los jadeos, mostrando su presencia, mientras agarras fuertemente las sábanas bajo tus manos, levemente avergonzada por lo que estas sintiendo, por dejarte llevar por la escandalosa pasión del momento.

Me miras, y no necesitas hablar, ahora es mi cuerpo quien comienza a marcar el ritmo al que juegan tus caderas y las mías.

Tus nalgas se aprietan y tus senos se ponen al alcance de mi boca, mientras nuestros cuerpos vibran con la emoción del momento, el roce de nuestros órganos empieza a ser completo, abrazas con tus piernas fuertemente mi cintura, para poder sentirlo mejor, ni tú ni yo reprimimos unos gritos de placer que nos nublan la mente.

Nuestros cuerpos sólo son conscientes de lo que pasa bajo nuestras cinturas, el corazón palpita sangre en una única dirección, entre todos esos jadeos, siento la liberación en mi interior, noto como explota, mientras en ese escaso centímetro de piel parecen concentrarse todos los nervios de tú cuerpo aumentando infinitamente su sensibilidad por momentos. Abres la boca pero solo eres capaz de emitir un jadeo mudo, y así lentamente cierras los ojos para que tus labios se tornen en una leve mueca de felicidad.

El corazón quiere volver a recuperar su ritmo, a la par que nuestros saciados y sudorosos cuerpos llegan al momento del ansiado reposo, yaciendo el uno junto al otro entre tus sábanas blancas, que han sido, partícipes del pecado cometido por estos dos animales en celo.

Y ahora soy yo, el que al abrir los ojos, se mira en el reflejo que me muestran los tuyos, para ver que sólo tiene un pensamiento en su corazón……¿Repetimos?

2 comentarios sobre “Ardor a Dúo

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s