Apuro la última copa, pero en su poso solo encuentro amargura, la última gota del licor del fracaso, serpenteando por el cristal, en su recorrido me imagino el río Aqueronte, y ni si quiera tengo un óbolo con el que pagar al barquro. Justo castigo errar otros cien años una vez muerto, más tiempo para reflexionar, regodearme en mi tristeza, en mis fracasos, en mi amargura.
¿Qué día es hoy?, por increíble que parezca, soy incluso incapaz de recordar cosas tan evidentes para el resto del mundo, la fecha en la que vivo, a veces no soy quién o qué para recordar dónde estoy, como he llegado aquí, y ni si quiera por qué sigo en el mismo lugar.
Me cuesta dilucidar mis propias sensaciones, escucho como repican las gotas de lluvia en mi ventana, como mojan el cristal, oigo al viento gritar entre los árboles.
Hace frío, mis huesos lo aquejan continuamente , apenas una pequeña luz alumbra mi escritorio, y es que apenas tengo una pequeña luz que guíe mis últimos recursos.
La noche se hace más negra, más difícil de soportar que antes, es turbia como el río revuelto donde me acostumbré a pescar, yo que he sido un fiel amante de esta soledad, de estas horas muertas, dónde por fin me sentía en paz, dónde por fin me sentía identificado.
¿Qué me trajo hasta aquí?, podría enumerar multitud de decisiones mal tomadas, ni siquiera planteadas en mi vida, la cobardía me ha traído esta desdicha.
Malas compañías, a las que me agarré como el soldado a su fusil, siempre me sentí en la trinchera de la que nunca me atreví a salir por miedo, al no, a sufrir, a fracasar, y de aquél soldado que fui, me he convertido en “Johnny”*.
¿Alguna vez se consigue algo sin sufrir?, para tener éxito, hay que saber fracasar, tener un no por respuesta, veinte de ellos, si no nunca sabremos apreciar lo bueno, lo que conseguimos, lo que perdemos…..
Así me convertí, en un ser gris, sin tonalidad, sin color, siendo una sombra que pasa, que nadie mira, que nadie quiere ver, intento regresar al tiempo en que te conocí, cuando la vida empezaba en tu mirada, y terminaba en tu sonrisa, en un momento divertido, una risa sincera que afloraba en tú ser, y que era únicamente mía, fuiste el repertorio de mi vida durante mucho tiempo, hasta que el calendario me engulló.
Aquél invierno en que te conocí, fue el más cálido que recuerdo, inmerso en el túnel donde las sombras eran juguetonas como los niños, donde me escondía para sorprendente, hasta que un día no me atreví a salir de allí, y ahora ya ni siquiera se como hacer para salir de la oscuridad de mi escondite.
¿Dónde quedó la época en la que los faros nos mostraban el camino?, es tarde para comprender, pero ahora lo comprendo, es tarde para saber, y por fin lo sé, se terminó ese tiempo donde alguien me alargaba la mano, y me daba todo el brazo, y ahora tras de mí, sólo tengo el aliento amargo de la muerte, ya está cerca, sigo escuchando sus agónicos gritos tras los árboles, los oigo, poco a poco se convierten en la banda sonora de mis días, ya que a veces ni los distingo de los propios gritos de mi alma, deseosa de librarse de su cáscara mortal.
Siento que soy un mártir sin causa, me he dejado la vida en los rincones de mi alma, he sido mi propio Tártaro en vida, y allí terminaré una vez muerto, ya falta poco, comienzo a volver a sentir, acaba de mojar mis labios esa última gota, es sorprendente pero es dulce.
Noto el frío en los pies y las piernas, ya no puedo moverlas, no las siento como parte de mi cuerpo, he vivido siempre en el mismo invierno, y ahora es el propio frío el que está subiendo por mi cuerpo hasta el corazón, no puedo dejar de esbozar una sonrisa mientras siento la rigidez completa de mi cuerpo, han pasado muchos años, demasiados.
Ya no puedo sujetar la copa, mi mano ha perdido toda su fuerza y arroja el vaso al suelo, para que se parta en mil pedazos.
Por fin la cicuta ha hecho lo propio, esta noche, por primera vez, conseguiré dormir en paz, tras tantos años, y ahora lo haré por muchos años más……
——
Hola mirlowe, en mi noche insomne , he decidido de venir a leerte. Este cuento más alla de la carga emotiva, que como sabes aprecio infinitamente y es presente en cada cuento tuyo, tiene la ventaja de correr desde el inicio hasta el final, sin caer en las trampas del facilismo, cada expresión es única en su medida, reglando una lectura que lleva a pensar, y al mismo tiempo a disfrutar de lo que escribes.
Me gusta.
hora te propongo un juego, leyendo las frases que has resaltado en tu cuento, poniendo alguna preposición, artículo o conjunción, mira lo que viene fuera:
¿Qué día es hoy?
Hace frío
en la noche
de malas compañías,
que alguna vez consigue
algo sin sufrir,
un ser gris,
sin tonalidad,
sin color
¿Dónde quedó la época
en la que los faros
nos mostraban el camino?
Soy un mártir sin causa,
y noto el frío
por muchos años más.
¿Qué te parece?, no se que te lleva a marcar cuando escribes algunas frases con escritura diferente, pero si te detienes y haces el mismo juego con los otros cuentos y relatos, vienen siempre de las poesías, que no se si son voluntarias, pero seguramente vale la pena intentarlas. 😉
Si es voluntario, remarco partes que pueden tener sentido por si mismas, es una manera de subrayar el cuento dentro del cuento, o buscar dobles sentidos con la unión de frases que en teoría no tienen que ver una con la otra en el cuento.
Es divertido intentarlo y por lo que veo a veces lo consigo ;). Muchísimas gracias Leo
Sobrecogedor e impactante relato, mirlowe.
Muchas gracias.
me alegro de que os guste aunque no sean relatos de felicidad, optimismo o esperanza 🙂
El comparar al soldado que fue y que pudo haber sido con el Johnny de la película «Johnny got his gun» ya marca profundamente el sentimiento que despierta en mí el relato, una desesperanza brutal.
Considero que la sensibilidad que demuestras es igual de brutal.
A mí me has hecho sentir y pensar.
Del infierno también salen genialidades (incluso yo diría que de donde más). No sé si me explico.
Saludos.
Puse el enlace porque no sabría si conoceríais la película y su argumento, pero parece ser que si ;).
Gracias por tus palabras jimena