A veces me encuentro pensando y siento que no debiera hacerlo, han sido muchas las veces que a mi vera habéis acudido, tanto Luna como tu mi Helena….lo hicistéis en las mismas ocasiones, en que una breve chispa de ilusión me hizo darme cuenta de mi ensueño para despertar a tiempo de verme consumido por mi propia espiral.
Pero al final otra vez, atraido irremediablemente, me hallo reunido con mis despojos, maniatado de sentimientos, llorando a mis adentros, con esa inefable sensación que tengo cuando algo desde lo más hondo de mi cuerpo quiere salir por la fuerza y prorrumpir por mis cuencas y llenar, cada poro de mi tez con su salino ser.
Aprieto con fuerza desmedida mis párpados con tanta que hasta me llegan a doler, y aún así sigo viendo tus lunas esmeralda, relucientes y brillantes….siempre hermosas, y una sonrisa implacable derribando en cada mueca que me regala un ladrillo más de mi muro….si tan sólo hubiera aprendido a tiempo, ¿no habré sido suficientemente rápido? ¿Me he dejado llevar por las emociones, por no saber gestionarlas?, son tantas mis carencias, todos somos humanos, los impulsos me han llevado a no comprenderme, a no saber dejar que las cosas pasaran a su ritmo y al final como todo lo que se acelera de manera desmedida, se agota antes de tiempo….
Helena!, aún sueño lo que no hemos sido, los imposibles, los pensamientos, las ilusiones, a cada bocanada de aire, que ahora entrecortado, entra en mis pulmones se ilumina un poco más en mi interior tu sombra, si de verdad son los fósforos los que alumbran, tú debes de ser el mío.
Porque yo sigo tenaz como el niño, tratando de prenderlo, una y otra vez, sin renunciar nunca, sin rendirme, para que tal vez, y sólo tal vez, de verdad te enciendas cuando me veas, y en las noches en las que la soledad de mi alcoba me transporta a vosotras, pueda acercarme con él encendido, a modo de guía, y alumbre algo, más allá de lo obvio, y te intrigue, y quieras cogerme, porque mis brazos, están alzados hacia ti mi tierna Luna, mi dulce Helena. Sois mi mentira, mi mejor mentira.
Como un niño con zapatos nuevos 