La cajita de recuerdos


Venía camino de casa, cuando me entró la prisa, recordé el último mensaje en el móvil, y me encontraba con la imperante necesidad de llegar a casa y buscar.
Sin ser consciente del camino, se que me encontré mal aparcando el coche, con los bártulos en la mano y la chaqueta colgando con una sola de las mangas, me dirigí al portal, escuchando el tintineo de mis llaves en la mano mientras con los dedos escogía la correcta.

Ahora ya estaba dentro del piso y aunque más tranquilo, aún respiraba sofocado, tiré encima del sofá los libros y la chaqueta, y corrí al escritorio, me agaché a abrir el cajón y allí estaban aún, letras añejas escritas por dedos ajenos, conmigo como único destinatario, contigo como remitente.

Recuerdos de un gran tiempo, donde “With or without you” tenía sentido, recuerdos de un tiempo al que me transportaba mientras abría esas dedicatorias en forma de carta, de amor y de dolor.

Sosegado con este pequeño tesoro en la mano, me tumbé en la cama, en el cuarto que durante años estuvo lleno de risas y complicidades, en la cama donde nos quemábamos de pasión, pero que dónde hoy no se oyen más que ecos de aquellas risas, ecos burlones que me ensordecen cada noche con su mudez.

También encuentro nuestras fotos con las cartas, sonrío recordando los primeros momentos es precioso saber que una vez amé así y fui correspondido.

Y así llego a tú ultima carta y puedo leerlo, me preguntaste a dónde irían a parar los besos que me diste mientras dormía, las sonrisas que me dedicabas por la espalda sin necesidad de que las viera, los abrazos en los que uno más uno siempre era uno……..y yo jamás te respondí pero es porque aquellos besos, aquellas sonrisas y aquellos abrazos hoy estarán allí donde habite el olvido.

No, definitivamente no podemos remover las cenizas de la hoguera que nos consumió, has de darte cuenta que esta intención tuya no es posible, recuerdo con nostalgia aquella época, aún me recuerda lo que sentí, pero no son más que recuerdos, ya no existe el amor.

Cerremos la cajita de momentos que acabo de abrir, esta pequeña caja de pandora y metamos dentro los pocos rescoldos de aquél fuego, dejemos que navegue sola hasta allí, donde habita el olvido, con el resto del nosotros que ya no volverá.

————

Post Script; La mujer de esta historia existió, y sus letras añejas también, creo sinceramente que es de la única mujer de las que han pasado por mi vida de la que estuve realmente enamorado, ella fue mi primer «ella» mi primer poema, mi primera carta, creo que a pesar de los pesares y de que las relaciones se truncan por uno u otro motivo sin consonancia con el mundo que les rodea, es gracias a ella, que soy como soy, y que quiero llegar a ser mejor persona cada día. Simplemente es una manera de recordármelo a mi mismo ;).

4 comentarios sobre “La cajita de recuerdos

  1. Yo creo que mejor no se puede expresar.
    Me has llegado al corazón.

    Y sí, yo también creo que son recuerdos de un amor que fue…pero que ya no será. Ya no sois los mismos. Por lo tanto, es imposible que se vuelva a repetir en igualdad de condiciones. Sería otra historia que, posiblemente, nada tuviese que ver con la añorada. Miedo a no volver a sentir…

    Por mucho que pensemos que cualquier tiempo pasado fue mejor o que es preferible volver a intentarlo porque hay que callar a esta soledad que cada día se empeña en nombrarnos para cubrirnos con su oscuro manto…

    Por mucho que creamos que nunca volveremos a encontrar la fuerza de nuestro caminar en una brillante mirada o que no seremos capaces de soportar las penas sin esa persona que ahora grita su ausencia…

    Yo prefiero hacer como tú y dejar que la cajita navegue libre y contenta hacia el país del olvido.
    Libre porque ya no estoy presa de sus recuerdos y contenta porque, si quiero, tengo ante mis pies una hermosa vida nueva.

    Saludos.

    1. Pues si, creo que en esta vida una de las barreras más complicadas es sentirse libre y sin ataduras de ningún tipo, siempre hay un brazo que nos tira, un dedo que nos señala, y si flaqueamos podemos convertirnos en el fugitivo que huye de nadie y corre hacia ninguna parte.

      Y siempre hay luz al final del túnel, sólo que a veces hay que abrir mejor los ojos o cambiar la dirección de nuestra mirada 😀

Deja un comentario